Adelantar la Navidad: El intento desesperado de Nicolás Maduro por mantener el poder

10 de septiembre de 2024 Diana von Kreitmayr

La Navidad, una festividad profundamente arraigada en la tradición católica, ha sido objeto de controversia en Venezuela tras la reciente declaración del presidente Nicolás Maduro de adelantar su celebración al 1° de octubre. Esta decisión ha generado sorpresa y críticas en diversos círculos internacionales, y no es difícil entender por qué.

En primer lugar, es importante recordar que la Navidad no es simplemente una fecha en el calendario que se pueda mover a conveniencia. La Navidad es el resultado de un periodo de preparación conocido como “Adviento”, que dura cuatro semanas y culmina el 25 de diciembre. Este periodo es esencial ya que representa un tiempo de reflexión y espera del nacimiento de Jesús.

La decisión de Maduro de adelantar la Navidad es, a todas luces, una maniobra política, un distractor de mal gusto, una desesperación. En un país sumido en una profunda crisis económica y social, donde la escasez de alimentos y medicinas es una realidad diaria, adelantar la Navidad es un intento de distraer a la población de los problemas reales que enfrenta. Es una táctica que busca apaciguar a las masas manipulables y desviar la atención de las críticas hacia su gobierno.

La estrategia tiene sus límites. La Navidad, con toda su carga simbólica y espiritual, no puede ser manipulada tan fácilmente. Muchos venezolanos son conscientes de la gravedad de la situación y ven esta medida como un intento desesperado de perpetuar un régimen que ha llevado al país al colapso.

Además, esta decisión subraya una vez más la desconexión entre el gobierno y la realidad del pueblo venezolano. Mientras Maduro celebra una Navidad adelantada, millones de venezolanos luchan por sobrevivir día a día. La frivolidad de adelantar una festividad tan significativa en medio de una crisis humanitaria es un reflejo de la falta de empatía y comprensión del gobierno hacia su propio pueblo.

La Navidad no es una fecha que se pueda adelantar o atrasar a conveniencia de un tirano. Es una festividad que tiene un profundo significado religioso y cultural, y su manipulación con fines políticos es una muestra más de la desesperación de un régimen que busca aferrarse al poder a toda costa. El nacimiento de Jesús llegará el 25 de diciembre, independientemente de los decretos y caprichos de cualquier dictador. Y aunque Nicolás Maduro firme un decreto diciendo que las vacas vuelan, a las vacas no les saldrán alas al día siguiente...

 

Fuente: Catholic.net

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