Verónica (29) y Daniel (26) Sanabria son hermanos y viven en Misiones hace 26 años, aunque ninguno de los dos cuenta con documentos que acrediten su identidad, ya que desconocen con exactitud dónde nacieron. Los pocos datos que tienen sobre su pasado se basan en relatos de su abuela, quien los crió en la localidad de Colonia Mado. Hoy en día, viven en Iguazú en condiciones de pobreza extrema junto a tres niños, hijos de la mujer.

Según pudo indagar El Territorio, Verónica es madre de tres menores de entre 10 y 6 años. La mujer se separó del padre de los niños, luego de haber sufrido violencia de género por varios años y actualmente vive con su hermano Daniel en una precaria vivienda de la zona de las 2.000 Hectáreas. Ambos sobreviven haciendo changas, aunque no todos los días logran poner comida en la mesa, ya que no pueden tener un trabajo en blanco por no contar con un documento.

La falta del DNI también afecta a los menores, ya que su madre no existe ante la ley, razón por la que no cuenta con la Asignación Universal por Hijo (AUH) ni ningún otro beneficio social por parte del Estado.

Tras las huellas del pasado

Según el relato de la abuela paterna de los hermanos, ellos habrían nacido en Apeaime, Paraguay. Cuando Verónica tenía 3 años y Daniel 3 meses de vida, fueron abandonados por su madre. Sus vecinos en aquel momento lograron ubicar a la abuela de los niños, que vivía en la Colonia Mado, Misiones. Tras el llamado, la mujer fue a buscarlos en canoa, pasó a Montecarlo y los crió en la tierra roja hasta que pudieron valerse por sí mismos, pero jamás obtuvieron un documento de identidad argentino.

Daniel se mudó a Iguazú hace ya más de dos años en busca de trabajo para sustentarse, y luego se le unieron su hermana y sus sobrinos, quienes buscaban huir de años de violencia. La familia se asentó en una precaria vivienda emplazada en un terreno ocupado. Desde ese entonces viven bajo la amenaza latente de un vecino que quiere recuperar esas tierras.

A falta de un trabajo fijo, Daniel se dedica a limpiar terrenos o carpir chacras, y Verónica lava y plancha ropa para poder subsistir. Sin un ingreso mensual, ambos confirmaron que apenas logran alimentar a los menores y, aunque no han podido comprarles ropa ni calzados, los niños asisten regularmente a la escuela del barrio Altos del Paraná.

“Queremos trabajar pero no tenemos documentos, podemos salir adelante pero tenemos las puertas cerradas”, indicó Daniel. Ante esta difícil situación, los Sanabria acudieron a Acción Social municipal para tratar de gestionar la documentación, pero no les dieron muchas esperanzas. Entonces buscaron soluciones en Anses para conseguir la AUH, pero la respuesta también fue negativa, ya que la madre no existe legalmente y no puede cobrar el beneficio para sus hijos.

“Sólo queremos tener documentos para poder trabajar en blanco; si le pasa algo a mis hijos yo no puedo acreditar que soy la madre, es una situación difícil”, remató Verónica.